domingo, 29 de mayo de 2011

Stay with me tonight

•Entrada: #O64
•Playlist: I Love You - JYJ

•••About

Ya lo asumí. Jamás voy a poder ser una famosa escritora, porque jamás voy a ser capaz de siquiera publicar un libro. Porque soy perezosa, poco creativa y mi inspiración va y viene a ratos. En mis publicaciones anteriores dije que no me gustaba publicar una historia sin tener otra pensada o medie camino, y esa era mi idea para poder mantener cierta constancia en mis actualizaciones, pero dado que obviamente no funcionó, no voy a seguir utilizando ese sistema ...Sólo para que lo sepan.

Hoy voy a publicar una historia cuya trama tenía definida hace meses, y que resultó ser sorprendentemente larga, así que no los culpo si les da lata leer.

~ Stay with me tonight


Uno, dos, tres estrellas alcanzó a contar antes de perder la cuenta por enésima vez en la noche – y esque siempre terminaba contando el mismo punto brillante más de dos veces- Simplemente parecía no poder concetrarse en nada que no fuese su cámara fotográfica.

-Te odio- Dijo, sus ojos sin vida perdidos en una fotografía.

En esta se encontraban ella, y un joven. Con ese par de ojos color chocolate que hacían juego con su cabello, una sonrisa perfecta, una nariz envidiable, y un lindo bronceado, el chico posaba pasando su brazo por detrás de sus hombros.

-Hija.-La voz de su madre interrumpió.- Llevas días encerrada en tu habitación, por favor, sal.-          
-No quiero mamá, déjame tranquila.-Respondió a la mujer que se hallaba al otro lado de puerta.      
- Al menos, ven al velorio con nosotros, su familia está esperando por ti-           
- No iré, ni aunque me pagasen. No voy a ir al velorio de ese imbécil.-   
- Mi niña, por favor. ¿No era acaso tu mejor ami—?         
- ¡Ya basta, vete mamá, no sigas!

No logró escuchar el suspiro de derrota de su madre, ni tampoco el ruido de sus tacones alejándose por el pasillo, lo único que llenaba sus oídos en ese momento era el sonido de su propio llanto. Sin poder detenerse, optó por dejar su cámara a un lado para luego recostarse sobre su cama, abrazar fuertemente un conejo de peluche y cerrar sus ojos hasta quedarse profundamente dormida.

Al poco rato de haber caído rendida a los brazos de Morfeo, la chica decidió que era mejor despertar- los recuerdos que le mostraba su subconsciente eran mucho más dolorosos que los que la acosaban despierta- Se sentó en la cama, un tanto aturdida por el dolor de cabeza que amenazaba con matarla, todo por haber estado llorando, y notó de inmediato un extraño silencio. Estaba sola en casa. ¡Por supuesto! Su madre estaba en el velorio de ese desgraciado.

-Maldición- Soltó llena de rabia después de unos largos quince minutos de agonía, aburrimiento y una pizca de remordimiento.

Sin pensarlo más de tres veces – Y es que era una jovencita muy orgullosa- se levantó, tomó sus llaves, su reproductor de música, un abrigo, una bufanda y salió de su habitación dando un portazo. Se detuvo a pensar – por cuarta vez- lo que estaba haciendo, ya cuando iba caminando apresuradamente por el parque de la ciudad, que quedaba a unas cuantas cuadras de su casa. Era de noche, estaba oscuro, hacía frío, no encontraba la canción que quería en su reproductor, y allí estaba ella, en atravesando el parque en dirección al cementerio general.

No supo cuanto tardó, ni como logró entrar a esas horas de la noche a un recinto como ese, sólo supo que se encontraba bajo un árbol, recogiendo una rosa blanca al mismo tiempo que tarareaba una canción de “Oasis”.

Caminó, en un principio, sin saber muy bien a donde se dirigía, pues la verdad no tenía ni la más mínima idea de la ubicación exacta del lugar que estaba buscando, y la oscuridad de la noche no la ayudaba en absoluto. Fue tras lo que ella calculó como unos cuantos minutos (unas cuantas canciones y unos cuantos cambios de artista de su reproductor) de caminar sin rumbo –lentamente y mirando constantemente a sus espaldas. Después de todo, era un cementerio, estaba oscuro y hacía frío, lo que convertía al lugar en la locación perfecta para una película de terror de segunda.- que se topó con una lápida pequeña, rodeada de ramos de flores.

- “I found a reason to show, a side of me you didn’t know”- Cantaba al mismo tiempo que se agachaba para dejar su rosa blanca. –“A reason for all that I do…”-

Se levantó, limpió la tierra que quedó en sus pantalones y dio media vuelta.

- “And the reason is you

Abrió sus ojos con sorpresa y se giró sin pensarlo dos veces, su boca levemente abierta debido a la impresión. Conocía muy bien esa voz, ese acento y ese timbre que no podía hacer más que salirse completamente de tono al cantar esa frase. Lo que vio la dejó helada.

- Buena canción. Pensé que ya no te gustaba Hoobastank-
- Santa madre de Dios - Soltó sin pensar si quiera.

Era unos de esos momentos en los cuales sus neuronas fallaban épicamente en el intento de hacer sinapsis, y su lengua se movía por instinto. No entendía muy bien lo que estaba pasando, pero si tenía una teoría: Se habría caído en algún lugar del cementerio y se había golpeado la cabeza demasiado fuerte, probablemente estaba sangrando, pero no había nada que pudiese hacer, ahora era presa de su subconsciente y estaba atascada en una tormentosa alucinación. Eso, porque nada más podría explicar lo que se presentaba frente a sus ojos.

- Bonita forma de saludar a tu mejor amigo.- Soltó con ironía el joven, sentado cómodamente sobre la tumba.- ¿Qué te pasa? Parece que hubieses visto un fantasma o algo así.

Nariz envidiable, ojos y cabellos oscuro, sonrisa impecable. Todo encajaba, excepto por el bronceado.

- ¡Por supuesto que tengo esa cara, tu estás muerto!- Gritó, sintiéndose estúpida por responderle a lo que estaba segura no era más que un producto de su imaginación.    
- Creo que olvidé ese detalle, pero en fin, sigo siendo tu mejor amigo, y merezco respeto.-
- Tengo la impresión de que me pegué demasiado fuerte.- Dijo entre dientes.
- No seas tonta, no te has golpeado en ningún momento. 
- La única explicación coherente para esta alucinación es un fuerte golpe en la cabeza, porque no soy esquizofrénica.- Se defendió.
- No estás alucinando tonta, de verdad soy yo.-

Quería replicar algo, cualquier cosa, defender su postura, sin embargo no pudo. Algo en su interior le decía que era real. – Porque loca no estaba- Como si se tratase de una serie de animación japonesa, se dio un pellizco y cerró los ojos, esperando que al abrirlos el espectro desapareciese. Pero fue en vano. Lo intentó nuevamente. No se iba.

-¿Vas a dejar de hacer el ridículo de una vez por todas?- Le preguntó el chico, para después bostezar.           
- Estoy tratando de entender. ¿Vale? No todos los días vengo al cementerio a encontrarme con el fantasma del idiota que se supone es mi mejor amigo.- Dijo casi en un grito.         
- No tienes para qué gritarme.- Contestó, su voz un tanto herida.-Yo la verdad no quería asustarte ni nada por el estilo, sólo quería verte una vez más.     
- B—Bueno yo…- Tragó saliva- Yo lo último que quería era volver a ver tu cara.-          
- ¿Estás enojada conmigo?- Preguntó acercándose a la joven, que inmediatamente retrocedió. El chico estaba frió.    
- ¿Cómo dices?- Esa, fue la gota que rebasó el vaso.- Por supuesto que lo estoy, tarado ¿Cómo no voy a estar enojada contigo? Eras mi mejor amigo, y te tenías que morir. Todo por haberte subido al auto con esos ebrios cabezas huecas que llamas amigos.

No se dio cuenta, pero en ese momento, lágrimas caían como cascadas por sus mejillas rosadas.

- Lo siento- Dijo apenado, bajando la cabeza.-       
- No, no lo sientes. Me dejaste sola.-           
-¿Y tú crees que me gusta estar muerto, eh? ¿Crees que no siento pena, que no me siento solo? ¿Crees que no me arrepiento de haberme subido a ese maldito auto esa noche?
- Y—Yo… Perdóname ¿si?- Dijo entre sollozos.- Es sólo que, yo te quería mucho…-
- Yo también, por eso viene a verte. Ningún muerto se queda entre los vivos a menos de que tenga un asunto pendiente.-    
- ¿Y cuál es el tuyo?  

Hubo un minuto de silencio. El viento nocturno era lo único que se escuchaba. El espectro se acercó lentamente a la joven, que luchaba por limpiar sus lágrimas – y de paso deshacerse del maquillaje que se arruinó debido a las mismas.-

- Esa noche- Comenzó el joven.- Estaba sentado en la barra pensando, cuando de pronto encontré la respuesta a algo que me había estado preguntando hace mucho tiempo. Quería ir a verte, y tenía que ser lo antes posible. Mis amigos estaban tomados, pero se estaban yendo y me ofrecieron llevarme a tu casa, no lo pensé dos veces.
- No entiendo, ¿qué era tan importante? ¿Qué tenías que decirme? Podrías haber esperado al día siguiente.-           
- ¿Quieres ser mi novia?-
     
Hubo una breve pausa.

- ¿Qué? Yo— No lo entiendo, ¿porqué me dices esto ahora?- No sabía como responder. Estaba contenta, estaba triste, estaba enojada.- Yo hubiese dicho que sí ¿sabes? Pero ahora estás muerto…- La lágrimas volvieron a salir de sus ojos.        
- Aún puedes aceptar, puedo quedarme contigo esta noche.- Le sonrió.- Sólo tienes que pedirlo.         
- Quédate.-

~ THE END
Sí, una historia cliché, rosa, aburrida, pero en fin, ya no tengo remedio. Es extraño, porque mi estilo de escribir antes era mucho más oscuro, triste, muy extremista quizás, pero era totalmente opuesto a algunas historias que he publicado, y eso me asusta. ¿y a ustedes?

Sayuri

0 comentarios: