•Entrada: #O63
•Playlist: Baby - Glee
•••About
Bueno, como ya no es novedad para nadie, vuelvo a aparecer después de meses, muchos meses. Pero esque la verdad, me he vuelto una escritora muy perezosa, tengo aproximadamente 7 historias, con título, sin embargo, sólo he escrito un resumen de cada una. Y no mentiré, el colegio si me consume, pero lo que me impide realmente escribir es mi flojera.
Bueno, he de agregar, que se suman a mi lista las nuevas canciones del Homin y las de JYJ, porque ambos grupos juntos, son TVXQ.
Esta historia, realmente no se relaciona mucho con el título, pero estaba escuchando esa canción cuando comencé a escribir, ( y esque en realidad ni yo entiendo ese titulo)
~ HIGH TIME
Era oficial, lo odiaba.
Once y media de la noche, y ella se encontraba sentada frente a la computadora, boca ligeramente entrebabierta, mejillas rosadas, ceño fruncido. Sus ojos escaneaban furiosos la ventana de conversación de Chat que tenía abierta, sus largos dedos sobre el teclado, mas sin tocar ni una sola tecla. Y esque a decir verdad, no tenía idea como se supone que debía responder al sinvergüenza que se había atrevido a insultarla- y encima virtualmente, el muy cobarde.-
Lo único que tenía claro era que le odiaba más que nadie.
Y por su mente pasaban mil y un insultos que era incapaz de plasmar. No podía, no iba con ella. (Lo cual en realidad, era una mera excusa de su subconciente para cubrir el hecho de simplemente no tenía las agallas para hacerlo). Tampoco entendía muy bien como esque terminó de esta forma. Lo único que recordaba –porque no iba a revisar su historial de conversación para asegurarse- era haber mencionado a una chica con la que el cretino había ligado días atrás, lo cual no hubiese tenido mayor inpacto de no ser por hecho de que la susodicha era, en términos simples, la típica castaña de bajo perfil que no sabe nada de fiestas y está haciéndole compañía a su amiga, que en realidad la utiliza para destacar su artificial belleza.
En fin, los minutos pasaban y ella seguía mirando el monitor, sus dedos seguían inmóviles y su querido amigo seguía en línea. Quería pedirle una explicación, quería que se disculpase con ella, quería que olvidasen el estúpido asunto y volviesen a hablar de lo fea que era la falda de la profesora de Física. Pero sabía que ese jamás pasaría, porque el era testarudo, egomaniáco y un completo gilipollas. No iba a a aceptar su equivocación (Así como tampoco aceptaba el hecho de que su foto de perfil en Facebook no lo favorecía en nada, y opacaba sus lindos rasgos faciales: Su hermosa nariz, y sus ojos color chocolate que hacía juego con su cabello. ¿Porqué los hombres se empeñan tanto en fotografiarse haciendo muecas tontas?)
El reloj ya marcaba cinco para las doce, y en un sector de su pantalla podía leerse claramente: Último mensaje recibido a las 23:32.
Probablemente él estaba mirando una película en línea en estos momentos, ignorando por completo la ventana (¿o talvez la cerró?) de su conversación. Y por alguna extraña razón, ya no buscaba los insultos más venenosos, si no, las palabras de disculpa más apropiadas, porque no quería perderle de ese modo – Y sí, era un poco melodrámatica, pero ¿no sería aburrida la vida si no tuviese drama?- Porque sabía que el día de mañana la ignoraría, sabía que almorzaría en el patio con sus amigos en vez de esperarla en la cafetería, sabía que saldría el fin de semana, y que conocería un montón de chicas, y ligaría con otro montón más aprovechando que tendría más alcohol que sangre corriendo por sus venas.
Y todo porque estaba celosa de la desaliñada morena que conoció la semana pasada.
Pero, ¿qué podía hacerle? ¿Contentarse? Por supuesto que no. La desagradable imagen de esos dos juntos la asechaba día y noche, y el saber que el estaba demasiado ebrio como para distinguir lo lindo de lo feo no la consolaba en lo absoluto. Porque si lo que buscaba era cariño, ella podía dárselo ¿no? Pero claro, eran amigos, nada más, nada menos. Y sería siempre así, a menos que fuese lo suficientemente estúpida como para dejar que su orgullo le impidise teclear un simple “Lo siento”. Y como si de un presagio se tratase, el susodicho se desconectó. Frustrada, pero sin ánimos de detener lo que estaba por empezar hacia unos instantes, la joven tomó su teléfono móvil, escribió sus disculpas y presionó “enviar.”
“Nuevo Mensaje en su Bandeja de Entrada” Apareció en su pantalla tras vivir los dos minutos más largos de toda su vida. Estaba nerviosa, tanto así que mordía su labio inferior y sus dedos temblaban.
<<No estoy enojado, tonta. Nos vemos mañana>>
Suspiró aliviada, y seguido de aquello, una hermosa sonrisa se asomó en su rostro. Cerró sus ojos con fuerza al mismo tiempo que acercaba el móvil a su pecho, apretándolo con fuerzas. Acto seguido, abrió sus documentos y buscó su historial de conversación, riéndose de si misma, y de lo estúpida que podía llegar a ser. Porque, para ser sincera consigomismo, era una contradicción con pies.
¿Pero que podía hacer?
Era oficial. Lo amaba.
~ THE END
Bueno, para ser sincera, me gustó bastante, y creo que en cierto modo podría identificarme con la contradicción que se narra en la historia. A todos nos pasa, no lo pueden negar :)
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